Capítulo 35
Los tres estuvieron casi toda la tarde juntos, bromeando o viendo películas. Hayley volvía a sonreír, una vez más.
- Cariño, ¿tu mamá dijo que vendría por ti?
- No le dije que vendría, no estaba en casa - Dijo Annie.
El timbre se escucho, Michael fue a abrir, era Nicole.
- Hola - Dijo ella.
- Hola - Sonrió - Annie está aquí.
- Lo imaginé - Pausó - Vengo por ella.
- Ven conmigo, vamos a buscarla.
Michael y Nicole fueron hasta la sala, donde estaba Hayley y Annie jugando.
- Disculpa Hayley - Dijo Michael - Vienen por Annie.
Ella sonrío.
Luego de que Nicole se marchase junto a su hija, Hayley cayó desmayada en los brazos de Michael. Él un tanto asustado, la tomo en brazos y la llevo hasta la habitación, la dejo cubierta por las sábanas, permaneció unos cuantos minutos a su lado, observándola, esta vez besó la frente de la chica. Ella despertó asustada, bruscamente alejo a Michael de ella.
- ¡ Aléjate! ¡No me toques!
- ¿Que pasa? - Preguntó Michael, quién no entendía.
- ¡No me toques! ¡ Déjame en paz! - Dijo encerrándose en el baño.
- Hayley sal de ahí, por favor.
- ¡Déjame! Necesito paz, necesito liberarme, necesito...
- ¡Hayley!
Pero no se escuchaba la voz de ella al otro lado, solo ruidos.
Michael buscó de una forma desesperada, la llave que pudiera abrir la puerta, tras muchos intentos la encontró. Tenía miedo por lo que podía ver tras esa puerta.
Cuando logró abrirla, el baño estaba completamente desordenado, en la pared estaba escrito ''Te amo, lo siento'', junto con algunos golpes de puño o algo por el estilo. Hayley se encontraba frente al espejo, en ropa interior, su maquillaje corrido a causa de las lágrimas, su cabello desordenado, su cuerpo con unos cuantos moretones y en su mano una navaja muy cerca de su muñeca. Michael al verla en aquellas condiciones, las lágrimas volvieron a su rostro, dejando caer la llave al suelo. Hayley se percato de su presencia, lo observó atónita, aun con la navaja en sus manos.
- Hayley no lo hagas - Balbuceó - Por favor, por lo que más quieras.
- Tú eres lo que más amo.
- Entonces... hazlo por mí.
Ella solo cerro los ojos, él camino hasta ella, lentamente para luego abrazarla, Hayley tiraba de la camisa de Michael mientras ambos lloraban.
- Nunca podría hacerte daño - Susurró él.
- Lo sé y lo siento - Murmuró - Sólo que a veces no puedo controlarme.
- Debes darte un baño ¿si? - Pausó, quitando las lagrimas del rostro de ella - Limpiarte ese maquillaje de la cara y ve descansar.
Ambos sonrieron.
- Te amo.
- Te amo también.