martes, 25 de octubre de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 31 - Segunda Parte.







- Olvídalo, era la pesadilla - Suspiro - Aún hay cosas que no sé si son parte de la pesadilla o realmente sucedieron.
- Creo que... contarte lo que me sucedió cuando me secuestraron, influyo mucho. Lo siento - Dijo abrazándolo.
- Creo que ahora sé que fue pesadilla y que fue realidad. No sé si eso haya influido, pero no fue tu culpa, son los malditos miedos que a veces me hacen pensar lo peor - Pausó - Te amo.
- Te amo más, Michael - Sonrió.






2 Meses después...


Michael y Hayley estaban viviendo muy bien hasta ahora, habían recuperado su relación, aunque a Michael no le dejaba de inquietar el sueño que había tenido. Últimamente, había vuelto a mantener contacto con Nicole, y Hayley constantemente veía a un tipo que a él no le agradaba. De a poco iban distanciándose.


- Hayley ¿donde vas? - Pregunto Michael desde la ventana.
- A casa de James, ¿te molesta? - Sonrió.
- No - Dijo dudando - Supongo que no. Tengo que salir.


Iban alejándose poco a poco, Michael iba acercándose más a Nicole y eso parecía tomar otro rumbo, al igual que Hayley con James. 


- James - Sonrió - Te extrañé.
- Y yo a ti - Dijo abrazándola.


James la dejo por un momento, y Hayley observaba por la ventana, sintió que cubrieron sus ojos y ataban sus manos, para luego tomarla en brazos y llevarla a otro lugar. 


- ¡James! ¿Donde estás? - Gritaba un poco asustada.
- Mantente en silencio, sino quieres que te cubra también la boca.
- James, ¿que haces? 
- Ya verás Hayley - Murmuro dejándola sobre una cama y quitándole la venda que cubría sus ojos.


Comenzó a besarla, Hayley no entendía.














Michael y Nicole estaban en un parque, sentados bajo un árbol.


- Michael - Murmuró Nicole, observando el suelo.
- ¿Si? - Dijo observándola.
- Debo...Debo decirte algo.
- Dime.
- Debes...Debes alejar a Hayley de James, debes irte con ella a un lugar que el no sepa.
- ¿Lo conoces? ¿Por qué dices eso? No entiendo.
- Lo conozco muy bien, sé sus intenciones, sé que quiere hacerle daño a Hayley.
- ¿Daño? ¿Cómo lo conoces?
- Él... Solo has lo que te pido.

martes, 18 de octubre de 2011

Capítulo 31.




Despertó sobresaltado, su respiración era agitada, estaba sudando, tenia miedo. Observó y a su lado no estaba Hayley, observó la habitación apenas iluminada con la luz de la calle y observó la silueta de ella, junto a la ventana. Ella lo observaba.


- ¿Qué sucede Michael? - Sonrió - Tranquilo, todo va a pasar - Dijo acercándose a él.
- Hayley...
- Tranquilo Michael - Susurró acariciando el cabello de él.


No sabía que era real, y que no era.


- Hayley...el bebé - Decía entre lágrimas - Yo lo siento mucho, de verdad, no quise dejarte sola, yo...
- Michael, por favor tranquilízate - Susurraba quitando las lágrimas del rostro de él - ¿De que hablas? No entiendo.
- Yo te deje sola y... sucedió eso por mi culpa.
- Michael, tenías una pesadilla, tranquilízate ¿si? - Murmuró besando la frente de él - ¿De que bebé hablas? 








Había vivido prácticamente toda una vida, en una pesadilla. Aún estaba confundido, no sabía que era real y que formaba parte de su pesadilla.


- Olvídalo, era la pesadilla - Suspiro - Aún hay cosas que no sé si son parte de la pesadilla o realmente sucedieron.
- Creo que... contarte lo que me sucedió cuando me secuestraron, influyo mucho. Lo siento - Dijo abrazándolo.
- Creo que ahora sé que fue pesadilla y que fue realidad. No sé si eso haya influido, pero no fue tu culpa, son los malditos miedos que a veces me hacen pensar lo peor - Pausó - Te amo.
- Te amo más, Michael - Sonrió.


~ Capítulo 31...Continuara.~

Jar of Hearts


Capítulo 30.


La contemplo, aún en shock por la escena, cayó al suelo de rodillas y cerró sus ojos fuertemente, dejando escapar más de una lágrima, tiro de su ropa de una forma desesperada, cuestionandole al mundo lo que estaba ocurriendo. Avanzó hasta donde estaba ella, tocaba su rostro y le hablaba, le pedía que volviera, pero parecía no dar resultados.


¿Qué iba a hacer ahora sin Hayley? Había prometido cuidarla, pero no había cumplido, no había estado ahí para protegerla.






Pronto la policía había llegado a casa de Hayley y Michael. Él observaba desde una de las ventanas como se llevaban el cuerpo de ella. 


En los días posteriores, Michael se había encargado de los tramites del cementerio y la ceremonia fúnebre, que fue realizada dos días después. Se quedo al pie de donde descansaba Hayley y el bebé, sentado en el césped, con su mirada perdida, por ratos permanecía con los ojos cerrados por largos minutos, mientras las lágrimas caían una a una, sus ojos tomaban un color rojo, y se notaban hinchados.


Al volver a casa, lo unico que hizo fue ir a dormir, aunque era lo que menos podía hacer, desde aquel día, casi no podía hacerlo. Al recostarse sobre la cama, cerró sus ojos, pasaron los minutos y escucho un fuerte ruido, se sentó en la cama y todo lo que vio, fue una persona vestida de negro, apuntándole con un arma, lo último que pudo escuchar, fue el sonido de la bala salir del arma hacia él.


















Despertó sobresaltado, su respiración era agitada, estaba sudando, tenia miedo. Observó y a su lado no estaba Hayley, observó la habitación apenas iluminada con la luz de la calle y observó la silueta de ella, junto a la ventana. Ella lo observaba.


- ¿Qué sucede Michael? - Sonrió - Tranquilo, todo va a pasar - Dijo acercándose a él.
- Hayley...
- Tranquilo Michael - Susurró acariciando el cabello de él.


No sabía que era real, y que no era.

Jar of Hearts

Capítulo 29.




La mañana transcurrió de una forma normal, luego de almorzar Michael salió, sin avisar. Hayley corrió al baño, al salir de ahí, se recostó en la cama, mantenía su mano izquierda sobre su vientre, y la derecha sobre su cabeza, con los ojos cerrados, transcurrieron alrededor de quince minutos en esa postura, para luego levantarse de la cama y asomarse al balcón, su cabello se movía lentamente con el viento.
Sintió que una mano se posaba en su cintura y otra en su hombro descubierto por la polera, cerró sus ojos, era Michael. Ella suspiró, con sus ojos cerrados.

- Hayley, pase lo que pase, por favor nunca me ocultes nada, sea lo que sea, no voy a juzgarte -   Susurro en el oído de ella.

Ella rompió en llanto y lo abrazó. Necesitaba un abrazo, no podía más. Sentía una presión muy grande, hasta que se desmayó en los brazos de Michael.








El tiempo transcurría y cada vez se veía más cerca la llegada del bebé.












Al llegar a casa, todo estaba desordenado, la puerta abierta, muchas cosas en el suelo. Él iba entrando en la habitación, lo único que podía ver, eran rastros de sangre por la alfombra, las sábanas rasgadas, los vidrios de la ventana rotos, las paredes rayadas y ella... bajo la ventana, mientras las cortinas se movían con el viento. Tenía sus ojos cerrados, su ropa tenía manchas de sangre, a pasos de ella había un arma.


La contemplo, aún en shock por la escena, cayó al suelo de rodillas y cerró sus ojos fuertemente, dejando escapar más de una lágrima, tiro de su ropa de una forma desesperada, cuestionandole al mundo lo que estaba ocurriendo. Avanzó hasta donde estaba ella, tocaba su rostro y le hablaba, le pedía que volviera, pero parecía no dar resultados.


¿Qué iba a hacer ahora sin Hayley? Había prometido cuidarla, pero no había cumplido, no había estado ahí para protegerla.

martes, 4 de octubre de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 28




- ¿Qué ocurre Hayley? El doctor acaba de decirme '¡Felicidades!' ¿Esta todo bien?
- Todo bien, me dijo que debo alimentarme bien y dejo esos medicamentos - Sonrió.
- Te dije que era bueno que te vea un doctor, no sé que te dijo pero tienes una sonrisa - Rió - Aún no entiendo lo que me dijo el doctor.
- Estarás así en un momento Michael.
- ¿Por qué? Necesito que alguien me explique.
- Ven aquí, sientate que no quiero que caigas al suelo de la impresión - Rió - Preparate Michael, porque... en un tiempo más serás padre - Sonrió.
- ¿Estás embarazada? - Dijo con una enorme sonrisa y un brillo especial en los ojos.
- Si Michael, serás padre, tendremos un pedacito de ambos.


Ambos se abrazaron, era ese 'algo' que su vida anciaba hace mucho, era ese brillo que borraba todo lo malo. 














Los días comenzaban a avanzar, pronto un par de meses habían quedado atrás, el vientre de Hayley comenzaba a notarse, todo se veía bien.
Michael había retomado su trabajo y Hayley se quedaba en casa. Durante el día caminaba a la playa, y en un lugar bastante apartado se sentaba a observar el cielo, y el continuo ir y venir de las olas.














Hayley ya tenía 4 meses de embarazo, había dejado de ir a la playa, se quedaba en casa. 
Para Michael algo no iba bien, a veces la notaba rara, sentía que algo le ocultaba, pero por más que trataba de conseguir una explicación por parte de Hayley, ella se encerraba en una burbuja, y no lo dejaba entrar.



Era una de las primeras mañanas del otoño, cuando Michael desperto Hayley no estaba a su lado, se levanto de la cama y al caminar frente al baño algo llamo su atención. Se apoyo contra la pared, al lado de la puerta del baño. Hayley al salir de allí, balbuceo unas palabras, que Michael logro escuchar.


- ¡Me siento gorda! ¡Maldita sea! - Dijo observándo el techo de la habitación.


Hayley volteo y al ver a Michael, solo se quedo ahí como si estuviese petrificada.


- Michael, pensé que ya habías salido al trabajo - Dijo con su rostro pálido.
- Hoy no voy a trabajar por la mañana - Dijo serio - ¿Sucede algo? Estas muy pálida.
- Síntomas del embarazo, solo eso - Dijo buscando su ropa en el closet - Voy a cambiarme de ropa.





La mañana transcurrió de una forma normal, luego de almorzar Michael salió, sin avisar. Hayley corrió al baño, al salir de ahí, se recostó en la cama, mantenía su mano izquierda sobre su vientre, y la derecha sobre su cabeza, con los ojos cerrados, transcurrieron alrededor de quince minutos en esa postura, para luego levantarse de la cama y asomarse al balcón, su cabello se movía lentamente con el viento.
Sintió que una mano se posaba en su cintura y otra en su hombro descubierto por la polera, cerró sus ojos, era Michael. Ella suspiró, con sus ojos cerrados.


- Hayley, pase lo que pase, por favor nunca me ocultes nada, sea lo que sea, no voy a juzgarte -   Susurro en el oído de ella.



Ella rompió en llanto y lo abrazó. Necesitaba un abrazo, no podía más.

domingo, 2 de octubre de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 27


Un pequeño brillo iluminó la mirada de Michael.

- ¿De verdad quieres eso?
- Algún día puede ser, solo espero sobrevivir para eso.
- Será un pedacito tuyo.
- Un pedacito de los dos - Dijo jugando con los rizos del cabello de Michael.
- Tu tendrás que desenredar mi cabello después Hayley - Dijo riendo.
- No te preocupes, puedo hacerlo - Dijo besando la mejilla de él.


Al parecer un pequeño destello de luz comenzaba a nacer desde hoy, en la relación de Hayley y Michael, parecían venir tiempos mejores, parecía que la vida al fin les sonreía.

Los días avanzaban y Hayley había contraido una gripe, que la mantenía en reposo absoluto, acompañado de mareos y nauseas. 

- ¡Hayley! Por favor, debe verte un doctor, esa gripe ha sido muy larga y me preocupa tu estado de salud.
- Michael entiende, odio los hospitales, odio los doctores, además si me ve los brazos así, va a querer enviarme al manicomio.
- Nadie te enviará a un manicomio, quiero saber que estes bien, solo eso.
- Simplemente has lo que quieras Michael.
- ¿Eso es un si? - Sonrió.
- No, es un no - Dijo cruzándose de brazos.
- Aunque no quieras lo haré - Dijo tomándo un telefono.
- Michael, no lo hagas - Dijo levantándose de la cama.

Sus piernas estaban débiles, llevaba casi un mes en cama y un mareo casi hizo que ella cayera al suelo, pero logro apoyarse en la cama. Michael rápidamente se acercó a ayudarla.

- Es un hecho Hayley, llamaré al doctor - Dijo firme, mientras la ayudaba a volver a la cama.
- ¡Es un hecho Michael! No dejaré entrar al doctor a la habitación.


Michael sin ya escuchar a Hayley, simplemente llamó a un doctor, para que vea su estado de salud. Al llegar, tuvo problemas ya que Hayley se rehusaba a que la viera, pero terminó accediendo, Michael tuvo que esperar afuera.

- Dime que tienes jovencita.
- Mareos, nauseas, cuando me levanto de la cama me caigo, he tenido fiebre muy alta, a veces frío a veces calor, es algo muy contradictorio.
- Entiendo, ¿algo más?
- Creo que solo eso.
- Lo de tus brazos, tiene algo que ver con la gripe - Dijo observándo los brazos de Hayley.
- No.
- Esta bien.

Luego de que fue revisada por el doctor, este último la observó por un momento.

- Debes cuidarte mucho jovencita, te recetare unos medicamentos, debes comer bien, alimentarte de forma sana.
- ¿Las nauceas son debido a que?

El doctor la observó.

- Pensé que sabias jovencita.
- ¿Saber que? 
- Estas embarazada de casi un mes, felicidades - Dijo con una leve sonrisa - Por eso debes alimentarte de forma sana.
- ¿Embarazada? - Murmuró.
- Así es - Dijo acariciando el rostro de ella - Bien aqui están los medicamentos, no son muchos, estan anotadas las indicaciones en esta hoja y nuevamente felicidades, cuando volvamos a vernos, me cuentas como reaccionó el padre - Sonrió.
- Gracias, hasta pronto doctor - Sonrió.
- Hasta pronto jovencita - Dijo saliendo de la habitación.


Michael al entrar, su cara demostraba confusión, al observar a Hayley la vió sonriendo, la confusión era aún mayor.


- ¿Qué ocurre Hayley? El doctor acaba de decirme '¡Felicidades!' ¿Esta todo bien?
- Todo bien, me dijo que debo alimentarme bien y dejo esos medicamentos - Sonrió.
- Te dije que era bueno que te vea un doctor, no sé que te dijo pero tienes una sonrisa - Rió - Aún no entiendo lo que me dijo el doctor.
- Estarás así en un momento Michael.
- ¿Por qué? Necesito que alguien me explique.
- Ven aquí, sientate que no quiero que caigas al suelo de la impresión - Rió - Preparate Michael, porque... en un tiempo más serás padre - Sonrió.
- ¿Estás embarazada? - Dijo con una enorme sonrisa y un brillo especial en los ojos.
- Si Michael, serás padre, tendremos un pedacito de ambos.

Ambos se abrazaron, era ese 'algo' que su vida anciaba hace mucho, era ese brillo que borraba todo lo malo.

sábado, 1 de octubre de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 26




En un intento desesperado recorrió la habitación y su mirada choco contra la puerta del baño, se acerco con lentitud y entro en él, le llamo la atención que la bañera este con el agua hasta arriba, se acercó de tal manera que parecía una escena en cámara lenta y bajo toda esa agua estaba Hayley, con sus ojos cerrados.
La respiración de Michael comenzó a agitarse, comenzó a sentir un nudo en su garganta, sus ojos desprendían pequeñas gotas. Su cuerpo reaccionaba de manera independiente a su cabeza, no de forma conjunta, no como uno solo. 
Saco a Hayley de aquel lugar y la dejo en el suelo, parecía no tener pulso, su rostro era aún más blanco de lo que era normalmente, estaba realmente helada, sus ojos se mantenían cerrados y su respiración solo se podía apreciar, viéndola detenidamente. El masaje cardíaco parecía no tener los resultados esperados, su vida parecía irse de este lugar, parecía desprenderse de su cuerpo. 

- Hayley, por favor no me dejes, te juro que si tu te vas me voy contigo - Balbuceo mientras besaba la frente de ella - Perdoname.


Las manos de Michael temblaban mientras trataban de que Hayley vuelva, luego de unos par de minutos, ella reaccionó, debilmente abrió sus ojos, su respiración continuaba siendo debil, temblaba de frío y lentamente se sento en el suelo, sus fuerzas parecían consumirse cada segundo e irse con el agua que resbalaba de su cuerpo. Él la abrazo fuertemente, como si el aire que respiraba dependiese de ello, lloraba como nunca antes, sentía que en cualquier momento la vida de Hayley podría escurrirse entre sus dedos, ella parecía estar congelada en un lugar muy lejano, su cuerpo estaba con Michael pero su mente no.

Él busco una bata y una toalla, envolvió el cuerpo de ella en la bata y la tomo en brazos, hasta la habitación, la dejo sentada sobre la cama y se arrodillo frente a ella, en el suelo, para secar el cabello de la chica, ella sonreía, poco a poco el color volvía a su cuerpo, una vez que la ropa mojada que traía fue reemplazada por ropa seca, abandonaron la habitación, para ir a la de Hayley, la llevo nuevamente en sus brazos y la dejo en la cama, cubriendola con las sábanas casi por completo.

- Michael - Dijo ella en un debil susurro, casi imperceptible.

Él solo volteo.

- ¿Puedes quedarte conmigo? No quiero sentirme sola.
- Claro - Sonrió.

Se sentó al lado de ella y la miro a los ojos.

- Casi te pierdo - Murmuró mirando el suelo - ¿O te había perdido mucho antes?
- No me has perdido, no aún Michael, tal vez físicamente podría haber sido, pero lo físico no es todo, mi corazón siempre estará contigo, aunque no me puedas ver.
- Lo sé, pero... ¿A quién le dire un 'te amo'? ¿A quién abrazaré? - Dijo dando un pequeño beso en la frente de ella.
- Mientras estaba bajo el agua, aún estaba consiente, cuando me sacaste de ahí, podía escucharte Michael. Si llegara a morirme no debes pensar que tu también debes hacerlo, simplemente sigue adelante, prometemelo - Sonrió.
- No puedo Hayley.
- Hazlo por mi.

Dudo por un pequeño instante.

- ¿Y si no puedo cumplir con eso?
- Si quieres tener hijos, debes hacerlo por ellos.


Un pequeño brillo iluminó la mirada de Michael.

- ¿De verdad quieres eso?
- Algún día puede ser, solo espero sobrevivir para eso.
- Será un pedacito tuyo.
- Un pedacito de los dos - Dijo jugando con los rizos del cabello de Michael.
- Tu tendrás que desenredar mi cabello después Hayley - Dijo riendo.
- No te preocupes, puedo hacerlo - Dijo besando la mejilla de él.


Al parecer un pequeño destello de luz comenzaba a nacer desde hoy, en la relación de Hayley y Michael, parecían venir tiempos mejores, parecía que la vida al fin les sonreía.

Jar of Hearts

Capítulo 25.







Ella cerró los ojos, tratando de controlarse, pero simplemente no pudo y dio una bofetada a Michael.


- Querías sinceridad - Dijo con una de sus manos en su mejilla.
- Quería sinceridad, no descaro Michael - Dijo arrojándole en su cara la camisa que anteriormente traía puesta para después tomar su polera y salir de la habitación.






Al cerrar la puerta luego de salir de la habitación, Hayley se sentó junto a ella y rompió nuevamente en llanto, se levantó y busco por las habitaciones alguna botella de alcohol y un cuchillo, entro a la primera habitación que se le puso en frente y comenzo a beber y beber, quitó las vendas de sus brazos, quería hacerse daño de nuevo.
No sabía porque le afectaba tanto, sin embargo, lo único que queria ahora era que su corazón dejara de latir, lo había deseado antes tantas veces, pero ahora realmente lo deseaba. Se ahogaba en su propio llanto, en su dolor y con el alcohol que tomaba.




Michael había entendido que había herido mucho a Hayley. Sentía que era lo peor, debía apoyar a Hayley y ayudarla a salir adelante, pero estaba haciendo todo lo contrario. La buscó con desesperación, hasta dar con una habitación con la puerta cerrada con llave, tenía miedo.




- Hayley, se que fui un estupido, el peor de todos por decirte eso, por favor abreme la puerta - Dijo tratando de no llorar.
- ¡Vete Michael! No te abriré ni ahora ni nunca, primero muero.
- No digas eso por favor, abreme.
- ¡Vete! ¡No quiero verte, no quiero oirte, no quiero que sientas lástima por mi, no quiero que intentes salvarme de algo que ya no puedes, no quiero que intentes ayudarme porque no puedes, porque no puedo ayudarme ni yo misma! ¡No puedes rescartarme, no pondrás nunca, porque no quiero y no puedo dejarte que lo hagas!




Los minutos avanzaban, transformándose en horas y Michael parecía darse por vencido, sus voces ya no se escuchaban.
Él se encontraba sentado en el suelo, su espalda apoyada en la puerta y sus ojos cerrados, sumido en un profundo pero a la vez leve sueño. Algo perturbo su sueño, apoyo su oido en la puerta, todo estaba tranquilo, ningún ruido se podía escuchar, eso no era buena señal.
Busco alguna llave que tal vez pueda abrir esa puerta que lo separaba de Hayley, encontrando solo tres, una de ellas debía y tenía que abrir esa puerta, intento con las dos pimeras, pero no pudo, pensó que tal vez la tercera podría servirle de algo, pero tampoco, por lo que tuvo que tumbar la puerta.
Su mirada se topo con una botella rota, los pedazos esparcidos por todos lados, manchas de sangre en la alfombra, sábanas por todos lados, marcas en la pared, pero Hayley no estaba ahí. En un intento desesperado recorrió la habitación y su mirada choco contra la puerta del baño, se acerco con lentitud y entro en él, le llamo la atención que la bañera este con el agua hasta arriba, se acercó de tan manera que parecía una escena en cámara lenta y bajo toda esa agua estaba Hayley, con sus ojos cerrados.
La respiración de Michael comenzó a agitarse, comenzó a sentir un nudo en su garganta, sus ojos desprendian pequeñas gotas. Su cuerpo reaccionaba de manera independiente a su cabeza, no de forma conjunta, no como uno solo. 
Saco a Hayley de aquel lugar y la dejo en el suelo, parecía no tener pulso, su rostro era aún más blanco de lo que era normalmente, estaba realmente helada, sus ojos se mantenían cerrados y su respiración solo se podía apreciar, viéndola detenidamente. El masaje cardíaco parecía no tener los resultados esperados, su vida parecía irse de este lugar, parecía desprenderse de su cuerpo.