Capítulo 32 - Segunda Parte.
Entro rápidamente y obedeciendo a sus impulsos, golpeó a James, haciéndolo caer al suelo, parecía desmayado, por lo que Michael no le presto mayor atención.
Abrazó a Hayley, la observó y le preguntó como estaba, al parecer estaba bien, pero... todo lo que logró oír después, fue algo rompiéndose en su cabeza. Sintió como lo arrastraban hasta una silla y era atado a ella. Todo lo que pudo oír fue la voz de James diciéndole ''No creas que por hacerte el valiente, no voy a hacer lo que pensaba, nadie me vence Jackson.''
Ahí estaba él, frente a una de las peores escenas que podría haber visto, se sentía con sueño, todo parecía muy irreal, mientras trataba de recuperar el conocimiento y ayudar a Hayley, sus ojos se empaparon de pequeñas gotas. A la distancia oía los gritos de auxilio de Hayley, que lentamente iban apagándose con el paso de los minutos y con ellos, su alma parecía irse.
Al cabo de un rato, solo se oían los pasos de James, Michael los oía ir cerca de él.
James, con un pequeño cuchillo tocó la mejilla de Michael, haciendo un corte para luego botar el objeto al suelo y susurrarle a Michael: "Si quieres salir de aquí, alcanza el cuchillo para cortar la soga. Espero que te agrade el regalo, adiós", para luego alejarse y cerrar la puerta tras él.
Michael levantó su mirada del suelo, con miedo. Ella estaba sobre la cama, casi completamente cubierta por las sábanas, su mirada perdida en algún lugar, su rostro aún más pálido que de costumbre y humedecido tal vez por algunas lágrimas. Por momentos cerraba sus ojos y lanzaba un pequeño suspiro.
Como pudo trato de desatar la soga que lo unía a la silla y al lograrlo, se acercó a Hayley, lentamente, se arrodilló en el suelo y la observó, quitó las lágrimas que humedecían el rostro de ella y en un pequeño susurro dijo ''Perdón". Ella quito su vista del suelo, la movió hasta los ojos de él, sin pronunciar palabra alguna. Aún envuelta en la sabana, lo abrazó fuertemente y balbuceo con pocas fuerzas "Sácame de aquí", a lo que Michael le respondió asintiendo con la cabeza.
Tan rápido como pudieron, salieron juntos de ahí, hasta casa de Hayley. No sabían porque cada vez eran golpeados con cosas peores, lo que era aún más peor, no sabían si podrían seguir adelante.