sábado, 30 de julio de 2011

Jar of Hearts



Capítulo 8.


Ambos estaban al medio de la calle, sin importar nada, estaban juntos, solo eso importaba ahora.




Cuando las lágrimas de Hayley y Michael cesaron, caminaron juntos hasta la casa de Michael. Ambos estaban callados, no 

sabían que decir.
































Pero todo era simplemente un sueño, un sueño que parecía real. Todo era tan perfecto, que al recordarlo, solo brotaban las lágrimas de los ojos de Hayley. No sabía que hacer, estaba confundida, deseaba la felicidad de antes, pero... ¿Cómo volver el tiempo atrás? 
Cerraba sus ojos, lo deseaba de corazón, esperando a que algo, mágicamente pase, pero no... No ocurría.










Michael se encontraba fuera del país, estaba nervioso, odiaba que lo presionen, odiaba hacer algo contra su voluntad, pero debía hacerlo.


– De Nuevo por aquí Michael, ¿qué te trae de nuevo a mi? – Dijo sarcásticamente.
– Sabes que si fuese por mí, no vendría nunca.
– Pero Michael, por que tanta violencia – Sonrió.
– Puedes de una maldita vez dejarme ir – Dijo un poco más enojado que la primera vez.
– Paga y podrás marcharte, antes no.
– Si quieres dinero puedo...
– ¡No es dinero! Ya tengo, no me interesa tu dinero – Dijo interrumpiéndolo – Paga tu ''deuda de honor'' Jackson.

miércoles, 27 de julio de 2011

Jar of Hearts





Capítulo 7


Escuchó su nombre. "De seguro Ryan me vio salir" Pensó, pero siguió caminando, aún más lento, para que él pudiese alcanzarla. 


Pero volteó y todo lo que vio fue una silueta de un hombre adulto, que iba acercándose cada vez más. Ella se quedo paralizada observando aquella silueta.


Pronto pudo ver un rostro, que en lo más recóndito de su corazón, conoció alguna vez, pero que ahora no lograba recordar. El rostro de él estaba inundado en lágrimas, sus ojos se veían rojos. Se detuvo frente a ella. Se observaron detenidamente y en un impulso, se abrazaron. 


– Te extrañe – Balbuceó – Perdón por irme por tanto tiempo – Dijo mientras se observaban a los ojos.


Volvieron a tomar la distancia que habían mantenido antes de aquel abraso. Ambos tenían lágrimas en sus ojos.


– Michael – Murmuró ella.


La vida había querido que aquellos adolescentes que se conocieron hacia 10 años atrás, se volvieran a encontrar, siendo ahora adultos. Dos almas volvían a encontrarse.


Volvieron a abrazarse, de una forma desesperada, temiendo que aquel instante mágico pudiese acabar en cualquier instante. 
Hayley lo había soñado tantas veces, que ahora solo le parecía un sueño más, pero era verdad, estaba de nuevo junto a Michael, lo tenía junto a ella otra vez, podía abrazarlo.


Al separarse nuevamente, Hayley dio una pequeña cachetada a Michael.


– ¿Por qué me dejaste? – Dijo casi ahogada en lágrimas – No sabes cuanto sufrí sin ti, no sabes lo difícil que fue seguir adelante sin saber nada de ti.
– Perdón – Murmuró con su mano sobre su mejilla – Sé que las palabras no curan las heridas del alma y tampoco vuelven el tiempo atrás, pero yo no quería dejarte, tuve que hacerlo – Dijo tomando las manos de la chica con las suyas.


Ambos estaban al medio de la calle, sin importar nada, estaban juntos, solo eso importaba ahora.




Cuando las lágrimas de Hayley y Michael cesaron, caminaron juntos hasta la casa de Michael. Ambos estaban callados, no sabían que decir.

Jar of Hearts



Capítulo 6.-



– ¿Hayley estas bien? Por favor, responde.
– ¿Quién demonios eres? – Preguntó, con su lengua un tanto pesada.
– Hayley, soy yo – Sonrió – ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás así?
– Digamos que la vida me odia y ha hecho lo que se le antoja conmigo, pero insisto, ¿Quién eres?
– Soy yo.
– Imbécil, ese ''soy yo'' no me sirve, dime tu nombre maldito estúpido.
– Maldita sea Hayley, estas ebria o...drogada.
– Yo no estoy ebria.
– Claro que lo estás.


Ryan llevó a Hayley hasta su casa, la dejo durmiendo, se sentó cerca de la ventana a observarla. La veía tan frágil y tenía miedo de que le ocurriese algo malo, aún peor de lo que ya le había pasado antes.


A pasos lentos el alba comenzaba a hacerse presente sobre la ciudad. Ryan dormía sentado en la misma silla, con su cabeza apoyada en la ventana, mientras Hayley descansaba en su cama. Ella despertó y vio a Ryan frente a ella, se levanto & besó la frente del chico, para luego bajar a la planta baja. Una vez allí, se preparó un café & se sentó, tomó su café y luego se arregló para salir, dejando a Ryan solo.


Camino por el medio de la calle, mientras el sol salía para anunciar la llegada de un nuevo día, el suave viento soplaba sobre su cara, haciendo que su cabello vuele. 


Le parecía que alguien venía siguiéndola, miró hacia atrás, no vio nada.  Pero aquella sensación continuaba.


No tenía miedo, solo curiosidad, por lo que continuó caminando lento, sin quitarse del medio de la calle. 


Escuchó su nombre. "De seguro Ryan me vio salir" Pensó, pero siguió caminando, aún más lento, para que él pudiese alcanzarla.      

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo 5.-





– Ryan, debo irme – Dijo viendo la hora en su reloj de muñeca.
– Hayley, no vayas por favor – Musitó viendo al suelo.
– Tengo que hacerlo.

Ryan sólo se quedó en silencio, viendo como su amiga se alejaba y casi se hacía un pequeño punto en la calle.

Se quitó los zapatos de tacón y continuó caminando, con una botella de ron en la mano. 

~'FlashBack'~

¿Qué te hicieron Hayley? – Susurró – ¿Por qué querías acabar de esa forma con tu vida? ¿Quién te hirió? ¿Por qué? – Murmuro cerrando sus ojos y tomando las manos de la joven con las suyas.


~' FlashBack'~



– Te odio Michael 
– Musitó, mientras unas lágrimas resbalaban por su mejilla Te odio – Gritó para luego tomar un trago de la botella – Me salvaste de morir físicamente, pero me dejaste morir por dentro – Dijo arrojando la botella al suelo.



Camino un poco más, sus ojos lucían hinchados y rojos, su maquillaje se había corrido a causa de las lágrimas, su cabello se veía desordenado y llevaba sus zapatos de tacón en la mano. Iba a paso lento, como si estuviese congelada en otra dimensión, con su mirada perdida.

Llego a un parque, se sentó bajo un árbol y observó las estrellas.
Le daba la impresión que todo lo que estaba a su alrededor o todo lo que tocaba se derrumbaba, que nunca podía hacer algo bien, sin dañar algo o alguien. 



– Dijiste que volverías, ¿dónde estás? No te veo – Balbuceó – ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué me hiciste ilusiones? Me quitaste todo y a la vez nada, porque simplemente no tengo nada ni a nadie – Dijo mientras se quitaba una lágrima No más Michael, ahora no podrás destruirme.


No sabía como continuaría con eso que algunos llaman ''vida'', no sabía que le deparaba el futuro.




– ¡Hayley! – Escuchó una voz a lo lejos – ¡Hayley!



Pero ella no reaccionaba.






– ¿Hayley estas bien? Por favor, responde.
– ¿Quién demonios eres? – Preguntó, con su lengua un tanto pesada.
– Hayley, soy yo – Sonrió – ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás así?
– Digamos que la vida me odia y ha hecho lo que se le antoja conmigo, pero insisto, ¿Quién eres?
– Soy yo.
– Imbécil, ese ''soy yo'' no me sirve, dime tu nombre maldito estúpido.

Jar of Hearts



Capítulo 4.-♥





– ¡Hayley! – Dijo Michael, lanzándose bruscamente contra la joven.
– ¡Tonto! – Dijo haciendo puchero – Me asustaste.
– Ese era mi objetivo – Sonrió.
– No me pongas esa carita – Dijo simulando estar enojada.
– Esta bien – Volvió a sonreír.


Juntos, pasaban desde muy temprano hasta pasada la media noche, sentados en algún parque o en la playa, a conversar y mirar el cielo.





El cielo estaba gris, las nubes lo cubrían por completo, dejando el espacio necesario para dejar pasar la luz de la luna. Pequeñas gotitas caían de las nubes. Hayley estaba sola, sentada en uno de los asientos del parque, su rostro demostraba tristeza, su mirada expresaba confusión. ¿Dónde estaba él? ¿Por qué se había ido? Pero sólo había un trozo de papel mojado por la lluvia, con unas cuantas palabras escritas; 

"Lo siento Hayley, lamento dejarte sola. 
Aunque no puedas verme siempre estaré contigo. Te quiero mucho y espero verte pronto. ~ Michael."

Tomó el papel, lo dobló para luego guardarlo en el bolsillo de su chaqueta y levantarse del asiento y caminar sin rumbo. 
Pequeñas películas, de recuerdos venían a su mente, su infancia junto a su madre, ver a su padre marcharse de casa, ver partir a su madre... Michael. ¿Por qué él era tan imprescindible en su vida? Hacía un tiempo, sólo era un desconocido que había salvado su vida, poco a poco se fue ganando un pequeño pero importante espacio en su corazón, volviéndose dependiente de su presencia.


El tiempo pasaba, pero él no volvía y ella parecía perderse en un mundo inexistente, en fantasías, en vicios, prácticamente vivía en la calle, vagando de un lugar a otro.

– ¡Hey tú! – Gritó.
– ¿Qué quieres? – La miró de pies a cabeza.
– No te hagas el estúpido.
– Sin dinero no hay mercancía – Impuso.
– Esta bien – Dijo sacando unos cuantos dólares – ¿Contento? – Preguntó sarcásticamente.
– Mucho, mi querida Hayley – Sonrió.
– Eres un zángano Ryan – Dijo tomando uno de los cigarrillos que Ryan le había entregado anteriormente.
– ¿Por qué? Tú eres la que me busca para acabar con su vida con drogas y alcohol.

Ella sólo se llevo el cigarrillo a la boca.

– ¿Qué acaso no lo ves? Eres una drogadicta, alcohólica y además una maldita....
– ¿Una maldita qué? Dilo, tú sabes que soy – Dijo interrumpiéndolo.
 
Él solo la miró. 

– Perdón – Musitó.
– No importa, eso no me dolió, ya nada me duele Ryan. Sé quién soy y que hago.
– ¿Por qué lo haces Hayley? Podrías cambiar tu forma de vivir, podrías empezar de nuevo.
– ¿Empezar qué? Si lo que yo tengo, no es una vida, no es nada y eso lo sabemos tú y yo.
– Puedes intentarlo.
– No tengo por que o quien hacerlo.
– Por ti – Sonrió.
– Gracias por hablarme así, pero no – Sonrió – Ahora pasame esa bendita botella Ryan Smith – Rió.

Ryan Smith había sido un ''conocido'' de Sophie, una amiga de trabajo de Hayley, quién los presentó y ofreció sus ''humildes servicios'' como él mismo solía decir. Se conocían hacía cerca de 2 o 3 años y se juntaban a beber y fumar algunos días. A pesar de que Ryan vendía las drogas a Hayley, estaba en contra de la vida que ella llevaba. 

– Ryan, debo irme – Dijo viendo la hora en su reloj de muñeca.
– Hayley, no vayas por favor – Musitó viendo al suelo.
– Tengo que hacerlo.

Ryan sólo se quedó en silencio, viendo como su amiga se alejaba y casi se hacía un pequeño punto en la calle.


domingo, 17 de julio de 2011

Jar of Hearts


Capítulo 3.-


– ¿Qué te hicieron Hayley? – Susurró – ¿Por qué querías acabar de esa forma con tu vida? ¿Quién te hirió? ¿Por qué? – Murmuro cerrando sus ojos y tomando las manos de la joven con las suyas.

Sintió una leve presión en sus manos, era ella. Su sonrisa fue apareciendo poco a poco, su rostro se iluminaba. Los ojos de ella se abrieron lenta y débilmente. 

Él sonrió al verla. 



~ Semanas después ~



– Estas muy callada, ¿qué ocurre? – Sonrió.
– Nada, solo pensaba – Dijo con sus ojos cerrados, mientras se dejaba llevar por la brisa.


Se veía tan radiante, tan feliz, en su sonrisa se podía ver que todo iba a estar bien, que nada malo ocurriría. Michael era como su luz, eran tan inseparables, que parecía que hubiesen estado juntos desde hace mucho antes de nacer, con él nada malo podría pasar.
Ambos lucían una sonrisa que expresaba alegría, corrían por todos lados, jugaban en la arena y una vez cansados de tanto correr, caminaban a paso lento a la orilla del mar, dejando que la espuma de las olas, mojen sus pies descalzos.

Para Hayley, parecía un simple sueño que acabaría estrepitosamente y de la peor de las formas. 

Pero...¿Cómo evitar que acabe la felicidad? O tal vez, ésta había llegado para nunca irse.

Quería disfrutar sin preocupaciones, por lo que simplemente dejo de pensar en aquello, después de todo, siempre había estado sola.

– ¡Hayley! – Dijo Michael, lanzándose bruscamente contra la joven.
– ¡Tonto! – Dijo haciendo puchero – Me asustaste.
– Ese era mi objetivo – Sonrió.
– No me pongas esa carita – Dijo simulando estar enojada.
– Ok – Volvió a sonreír.


Juntos, pasaban desde muy temprano hasta pasada la media noche, sentados en algún parque o en la playa, a conversar y mirar el cielo.

sábado, 16 de julio de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 2.-



 ¡Espera! – Creyó oír, pero pensó que sólo era su imaginación  ¡Espera! – Volvió a escuchar.


Detuvo su mano, aún con el vidrio apoyado en su muñeca, observándolo. Era como si su conciencia le hablara o alguien que sabía lo que haría.
Pero ignoró aquella voz, y dejó que su mano deslice el vidrio por su muñeca. Pequeñas gotas de sangre resbalaban por su mano, que poco a poco iba tomando un tono rojizo, mientras que con su otra mano, que aún conservaba su pálido color, como siempre, arrojó el pedazo de vidrio al mar.



 ¡Oh Dios! ¿Qué hiciste?  Preguntó observando la mano de Hayley.
– ¡A quién demonios le importa! – Expreso ella, con su vista aún perdida.
– Tenemos que ir a un hospital, te desangrarás.
– ¿Quién demonios eres tú, para decirme que tengo que hacer? No te importo, no me conoces, ¡déjame en paz!
– Eso no importa ahora, solo tu vida. Dime tu nombre ¿si?
– Hayley – Contestó secamente.
– Hayley, por favor, vamos a un hospital.
¿Quién demonios eres y por qué te interesa mi vida? 
– Soy Michael y no creo que deberías buscar el suicidio como una forma fácil de escapar de los problemas, ¡Vamos a un hospital! Hayley, por favor.

Ella no pudo responder, cayó desmayada en los brazos de aquel desconocido, que sin buscar algo a cambio, se intereso en la vida de una chica, que tal vez no tenía a nadie en este mundo. Él rompió la manga de su camisa, para de alguna forma tratar de detener la sangre que brotaba descontroladamente del brazo de Hayley, la tomó en sus brazos y se dirigió a su auto. Al llegar al estacionamiento, dejó a la chica delicadamente en el asiento del copiloto y cerró la puerta, una vez los dos dentro del auto, Michael lo hecho a andar para dirigirse al hospital.

Él la miraba y la veía tan frágil, tan indefensa y a la vez se preguntaba: ¿por qué lo había hecho? Aquella pregunta se repetía una y otra vez.

Al llegar al hospital, Hayley fue ingresada de urgencia, siendo a los pocos minutos tratada por un doctor, para poder detener la sangre, siendo necesario ponerle puntos en su muñeca. Había perdido muchísima sangre.

– ¿Michael? 
– Soy yo doctor, ¿que ocurre con Hayley? – Su voz denotaba nerviosismo y miedo.
– Lo que debo decirle es bastante delicado, la paciente cuando ingreso, había perdido mucha sangre a causa del corte en su muñeca, nos fue muy difícil detener la hemorragia, y al perder la cantidad de sangre que Hayley perdió, se desarrollo una leusemia. Es necesario conseguir dadores de sangre para poder salvarla, de lo contrario, temo que ella fallecerá muy pronto.
– ¿Qué se requiere para las transfusiones? 
– Dadores de sangre, mayores de 18 años. El tipo de sangre que Hayley posee es muy difícil de encontrar, afortunadamente, en el hospital la hay, pero aún no sabemos si la cantidad necesaria.

Michael lanzó un pequeño suspiro. 

Los minutos pasaban y la tarde se hacía presente. Michael abría la puerta de la habitación lentamente, para no molestar a Hayley. 
Se veía aún más pálida de lo normal y estaba rodeada de tubos y máquinas en constante funcionamiento, sus ojos estaban cerrados y ella dormía. A él no le gustaba verla así, no le gustaría ver a nadie así y prefería ser él, daría su vida por no ver a alguien sufrir. 

– ¿Qué te hicieron Hayley? – Susurró – ¿Por qué querías acabar de esa forma con tu vida? ¿Quién te hirió? ¿Por qué? – Murmuro cerrando sus ojos y tomando las manos de la joven con las suyas.

Sintió una leve presión en sus manos, era ella. Su sonrisa fue apareciendo poco a poco, su rostro se iluminaba. Los ojos de ella se abrieron lenta y débilmente. 






- "What can you do when your good isn't good enough and all that you touch tumbles down?


cause my best intentions 
keep making a mess of things, 
I just wanna fix it somehow, but how many times will it take?" -

viernes, 15 de julio de 2011

Jar of Hearts

Capítulo 1.-





El brillo del sol atravesaba la ventana, para chocar contra su rostro. El mar estaba tranquilo, el viento soplaba con delicadeza. Era perfecto para salir a caminar y reflexionar.

Tomó sus zapatos con una mano, para luego con la otra, cerrar la puerta tras ella, el viento hacía que el vestido que traía puesto, bailara a su compás, al igual que su cabello, el agua mojaba de una forma sutil sus pies descalzos. Las cristalinas lágrimas resbalaban por su mejilla, sabía que nadie la quería en este estúpido mundo, pero nadie nunca se lo había dicho en su cara y eso la había lastimado mucho.
Tal vez no tenía a nadie, en realidad, nunca lo tuvo.



¬’FlashBack’¬

- Rachel, no me hago la importante – Dijo indiferente, ante sus comentarios.
- ¡No, si la señorita Hayley nunca se ha hecho la importante! Para de ser así, entiéndelo, nadie te quiere Hayley, la mayoría piensa como yo – Dijo Rachel, de tal forma, que parecía decir lo correcto.
- Lo sé, no tienes que gritármelo, sé que todo el mundo me odia, que no me soportan, ¿Por qué no vas y se lo gritas a todo el mundo? ¡Vamos Rachel, hazlo si al fin y al cabo nada pierdes!
- ¿Para que? Si todo el mundo lo sabe, saben que eres una sínica, ahora veo cuanto cambiaste Hayley.
- No cambie, porque nunca te diste un miserable minuto de conocerme. ¿Tú me hablas de cinismo? Por favor, no vengas con estupideces. Ahora veo que nunca fuiste lo que pensé – Dijo mientras cerraba violentamente la puerta tras mío.

¬’FlashBack’¬




Se sentía realmente sola, más sola que nunca, sólo quería desaparecer, irse lejos, en donde nadie pueda herirla, en donde pueda ser feliz y conocer el amor.
Había caminado lo suficiente como para alejarse bastante de la casa, se sentó en una de las rocas en donde rompen las olas, al subir la marea.

Extrañaba a su madre, deseaba abrazarla y llorar en su hombro. Se recostó, mirando el cielo azul, mientras sus ojos se inundaban de cristalinas lágrimas. Extendió sus manos de manera perpendicular y una de ellas choco con algo: una botella de alcohol vacía, la tomó entre sus manos y observó, la tomo de la boca & la estrelló contra una roca.

Su mirada parecía estar perdida en otro lugar, en otra dimensión, sus corazón parecía latir sin sentido alguno, su respirar parecía ser en vano y su vida no importarle a nadie, por lo que no le parecía una muy mala idea quitarse la vida, nadie se daría cuenta, no le haría falta a nadie, nadie sufriría, no tenía nada que perder, por lo que le parecía una buena idea. Aún con su mirada perdida en la nada, tomó un pedazo de la botella y lo puso sobre su muñeca.



- ¡Espera! – Creyó oír, pero pensó que sólo era su imaginación - ¡Espera! – Volvió a escuchar.


Detuvo su mano, aún con el vidrio apoyado en su muñeca, observándolo. Era como si su conciencia le hablara o alguien que sabía lo que haría.