Michael escuchaba su nombre a lo lejos, era una voz que conocía, que desde hace mucho deseaba oír de nuevo.
– ¿Michael? – Volvió a oír, abrió sus ojos y la vio.
Allí estaba Lisa, un poco cambiada a como la había visto la última vez, pero era ella. Corrieron al encuentro del otro y se abrazaron fuertemente, lanzando un suspiro. Ambos podían morir en paz, por que estaban juntos y eso importaba más que sus vidas.
– Lisa, ¿que haces aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Te hicieron daño? – Dijo preocupado.
– Tranquilo Michael, no me hicieron daño y vine por mi propia cuenta, no saben que estoy aquí.
– Pero...
– Michael, lo que importa ahora es que estoy aquí, lo demás no – Dijo observándolo.
– No sabes cuanto te necesito – Dijo mientras unas lágrimas aparecían.
– ¡No llores, por favor! – Balbuceo, mientras quitaba las lágrimas del rostro de su amado.
A ambos les parecía un sueño, uno muy hermoso y temían despertar, pero era la realidad, estaban juntos.
– Debemos salir de aquí – Dijo Lisa.
– Lisa, debes irte, por tu bien, me prometiste que te irías del país.
– No me voy sin ti, ahora vamos, conozco el sitio.
– Eso parece de agente de policía – Rió.
– Te sorprenderías de todo lo que investigo – Dijo guiñándole un ojo.
Allí estaba Lisa, un poco cambiada a como la había visto la última vez, pero era ella. Corrieron al encuentro del otro y se abrazaron fuertemente, lanzando un suspiro. Ambos podían morir en paz, por que estaban juntos y eso importaba más que sus vidas.
– Lisa, ¿que haces aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Te hicieron daño? – Dijo preocupado.
– Tranquilo Michael, no me hicieron daño y vine por mi propia cuenta, no saben que estoy aquí.
– Pero...
– Michael, lo que importa ahora es que estoy aquí, lo demás no – Dijo observándolo.
– No sabes cuanto te necesito – Dijo mientras unas lágrimas aparecían.
– ¡No llores, por favor! – Balbuceo, mientras quitaba las lágrimas del rostro de su amado.
A ambos les parecía un sueño, uno muy hermoso y temían despertar, pero era la realidad, estaban juntos.
– Debemos salir de aquí – Dijo Lisa.
– Lisa, debes irte, por tu bien, me prometiste que te irías del país.
– No me voy sin ti, ahora vamos, conozco el sitio.
– Eso parece de agente de policía – Rió.
– Te sorprenderías de todo lo que investigo – Dijo guiñándole un ojo.
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