miércoles, 31 de agosto de 2011

Jar of Hearts





Capítulo 18




– Creo que salió, no esta en casa.
– Es tarde como para salir ¿no crees? – Dijo llevándose un vaso de jugo a la boca.
– Creo que para ella no – Sonrió – ¿Te quedarás a dormir por hoy?
– Supongo que si, es un poco tarde como para salir de regreso a casa.
– No hay problema, ven conmigo, te mostraré tu habitación – Dijo tomándolo de la mano.








Subieron las escaleras juntos, aún tomados de la mano y en silencio. Pero Hayley tropezó, cayendo en los brazos de Michael. Los profundos ojos marrones de Michael, se toparon con los ojos color miel de Hayley, parecían que poseían una especie de imán, que les impedía separarse. Sus rostros se rozaban, sus labios se tocaban, mientras sus ojos se iban cerrando poco a poco.
Se besaban. 


Aquel amor que ambos sentían por el otro, se reflejaba en aquel beso, aquel amor que nunca había conocido la luz, hoy renacía. Mientras continuaban besándose, Michael levantó a Hayley del suelo y la tomo en brazos, abrió una de las puertas que tenía cerca y entraron. 
Se besaban lentamente, congelando cada instante, para no olvidarlo nunca, mientras a su paso iban cayendo una a una sus prendas, sus prendas interiores solo separaban a sus pieles. 
Cayeron en la cama y los besos se extendieron, recorriendo sus cuerpos, mientras los encajes de las cortinas dejaban pasar tenuemente la luz de la luna posada en el cielo, reflejándose la silueta de ambos cuerpos entregándose al amor, deseándose como nunca antes lo habían hecho. 


No eran necesarias las palabras, porque sus cuerpos hablaban por sí solos, dejándose llevar por el momento y por lo que sentían.






Al cubrirse con las sábanas suspiraron, abrasados y sonriendo, besándose. Para luego dormirse.














El sol nacía por entre las montañas, desplazando a la luna, quien había reinado la noche anterior. El brillo de aquella estrella se filtraba por entre los encajes de la misma cortina. Los rayos chocaron contra el rostro de ambos jóvenes, despertandolos de su sueño, con una pequeña sonrisa presente en sus rostros. 


Él besó los labios de ella, recorriendo con la yema de sus dedos la cintura de Hayley y su rostro, mientras ella despertaba, un brillo nuevo podía apreciarse en sus ojos y los de Michael.
Eran felices, tal vez como nunca antes lo habían sido. Pero ahora el pasado no importaba, era algo que debía olvidarse en un baúl con candado. 










– Iré a darme una ducha Le susurro Hayley al oído, para luego ponerse una bata y dirigirse al baño, Michael al captar el mensaje hizo lo mismo.






Las pequeñas gotas de agua caían por el cuerpo de Hayley, mientras Michael se incorporaba junto a ella y besaba la espalda de la joven, tomándola por la cintura y quedando de frente, se observaban a los ojos y poco a poco iban teniendo menos distancia entre sus bocas. 





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